06 junio 2007

Las negaciones de un gaditano

La originalidad del lenguaje local puede alcanzar cotas insospechadas, más aún con lo que nos gusta a los gaditanos ser originales. Fijaos si somos originales que somos capaces de seguir nombrando cosas que no existen, pero que bien por añoranza o por simple fijación mental colectiva nos negamos a perder. De ahí que haya gente que viva por la Plaza de Toros, por los Cuarteles de Varela o por la zona de Astilleros...

En Cádiz nos negamos a perder las cosas de toda la vida. Pero no se trata solo de las cosas; se trata de negar. Y ya que por aquí somos tan dados a llamar Arte a cualquier cosa que hagamos, yo hoy quiero hablar del ARTE de la negación. Porque en teoría sólo hay una manera de negar algo, y es decir “No”, pero aquí eso es demasiado sencillo y por tanto no es motivante, es mucho mejor complicarlo todo y, como decía antes, ser originales. Veamos las diferentes formas de negación gaditana:

NEGACIÓN SIMPLE

Un colega se encuentra a otro, y le dice:

- “Quillo, que mañana sabadito se ha quedao pa jugá en la playa a las 9 de la mañana, te tiene que traé a dos nota má, qué, te apunta, no?”

A lo que el otro responde...

- ¡Nnnnnnnnnná! (negación simple, a la que suele acompañar el típico...) passo!”

La negación simple se utiliza normalmente para temas de poco interés, y en aquellas situaciones donde la negación viene precedida de una cierta duda inicial, resuelta con desgana (o flojera, mejor dicho) con la negación que se ofrece. Es una negación débil, esto es, si se insiste a lo mejor se le convence.

NEGACIÓN DOBLE

Otro que se encuentra a otro, y le dice:

- “Oye, el otro día salisteis por muñó arenilla, como estaba la cosa, había mucha pibita?”

- “¿De pibita? ¡Nadená!

Con esta doble negación ha quedado totalmente claro que no había ni una muchacha de buen ver en esa zona tan frecuentada de bares. La negación doble refuerza el valor de la negación, y es muy práctica para situaciones en las que esperabas algo que no encontraste, como por ejemplo cuando vas a pescar y te pregunta uno a la vuelta, o como cuando sales de una entrevista de trabajo, o la mayoría de los días que vuelve uno del Carranza... Para que tenga sentido debe decirse muy rápido, en una sola palabra (¿se imaginan decirlo en tres sílabas separadas? qué mal!), y a ser posible acompañarla de un gesto como de asco en la cara.

LA TRIPLE NEGACIÓN

Esta es una de las más famosas y sin duda la más autóctona. La mujer al marío:

- “Tú no será capá de comerte to ese plato de albóndiga, no Manué?”

- “¿Que no? ¡¡NO-NI-NÁ!!"

Si me equivoco que alguien me corrija, pero creo que esta expresión es propia de Cádiz y provincia, y ni siquiera de todas las poblaciones. La triple negación busca llamar la atención sobre un tema sorprendente, y en todo caso supone plantarle cara a una afirmación negativa que ha dicho otra persona. Funciona como el establecimiento de un reto entre dos. En este caso hay que decir las tres sílabas de forma recalcada, como si cada una de ellas llevara acento. Queda tela de bien para demostrar lo chulo/a que es uno/a.

LA NEGACIÓN MÚLTIPLE

Todavía se puede negar de forma aún más tajante, y es cuando el grado de ausencia de algo nos resulta tan dolorosa o llamativa que se nos quedan cortas las expresiones anteriores. La negación múltiple se usa cuando se narran cosas que nos han pasado, para que el otro comprenda la gravedad del asunto. Hay dos formas, y ambas son extensiones de expresiones anteriores, veamos:

- “... se suponía que al terminá la faena se iban a enrollá y nos pagarían las hora, o por lo meno que nos aumentara el finiquito, pero qué va, hijo, ná de ná, de ná, de ná...

- “... y entonse luego de tragarno to el mitin nos habían disho que en esas cosa daban de comé cosita güena, gamba, jamón, queso, tortilla, canapé... Pero cuando se acabó tó allí se bajaron tó y no nos dieron ni gamba, ni jamón, ni ná, ni ná, ni ná, ni ná...

En las dos formas es obligatorio acompañar la expresión verbal con el consiguiente movimiento de la cabeza hacia los lados, si no queda la mar de soso (probadlo).

LA PEOR NEGACIÓN

Pero para mí, de todas, la peor negación que puede hacer el gaditano es cuando se niega A SÍ MISMO; cuando acepta que todo le vale, que todo está bien como está, que no hay nada que cambiar porque sí, porque me conformo con lo que me dan y punto...

Es la peor porque es la más triste, la que no tiene gracia ninguna, la que deja en evidencia el supuesto de que esta tierra es de Libertad y de progreso, es la negación de los ilusos y de los conformistas, la de aquellos que prefieren que otros decidan por ellos sin preguntar, la negación a la cultura (léase: algo más que carnaval o semana santa) o a la educación, la negación a pensar, porque pensar, y decidir, y comprometerse es INCÓMODO, o como se dice aquí “un coñasso”, y por eso prefiero negarme.

Qué graciosos somos, qué simpáticos y divertidos, qué originales... Preferimos ser así, y defender una idiosincrasia contra viento y marea, y negarnos a la evidencia de que hay poco de qué presumir y mucho por lo que luchar. Preferimos negarnos, taparnos los ojos, reírnos mucho... Así se vive estupendamente, por qué cambiarlo.

Así veo yo a la gente: negando, negando, negando... Sumida en una cadena de negaciones, que de momento no parece tener fin, y que empieza por la propia conciencia de cada uno.

¿Que no llevo razón?...

¡¡ NO – NI – NÁ !!